los trabajos empíricos cuantitativos que han intentado explicar la llegada de los gobiernos de izquierda al poder en américa latina (debs y
helmke, 2010; murillo, oliveros y vaishnav, 2010; baker y greene,
2011; remmer, 2012; blanco y grier, 2013) han puesto a prueba, en su
mayoría, los argumentos adelantados por los trabajos más cualitativos
publicados entre 2005 y 2010 (panizza, 2005; castañeda, 2006; cleary,
2006; lanzaro, 2006; lynch, 2007; levitsky y roberts, 2011). sin embargo, la mayoría de estos análisis toman los gobiernos de izquierda como
si fueran un fenómeno homogéneo, intentando encontrar los factores
que explican su surgimiento y, a veces, el timing en los diferentes casos
nacionales.
los primeros trabajos cualitativos sugieren una serie de razones que
explican el ascenso de la izquierda al poder. uno de los primeros artículos de castañeda (2006) sugiere que la aparición de estos gobiernos
se debe a una combinación de factores del contexto internacional (caída de la unión soviética y fin de la guerra fría) y la persistente pobreza y desigualdad en la región. esto se da en el contexto de la consolidación democrática, lo cual genera condiciones favorables a la llegada de
la izquierda al poder. un argumento similar es esbozado por petkoff
(2006) acerca del contexto internacional, añadiendo que los gobiernos
de izquierda no son percibidos como una amenaza por parte de los
ee.uu. el autor, además, plantea la importancia de los magros resultados económicos de la década de 1990 y el fracaso de las políticas del llamado consenso de washington.
paramio (2006), a su vez, estima que se trata de una crisis de paradigma
y sugiere un cambio de clima de opinión hacia la izquierda en la región. en la misma línea, cleary (2006) argumenta que el resurgimiento
de la izquierda se debe a una combinación de factores como la persistente inequidad, la movilización de los sectores populares, la aceptación de las elecciones como instrumento de su llegada al poder y la gradual desaparición de las limitaciones impuestas por las transiciones a
la democracia. otros autores como rodríguez garavito y barrett (2005)
destacan tanto los efectos negativos del neoliberalismo y la crisis de los
partidos tradicionales como la importancia de los nuevos actores sociales que aparecen y reemplazan a los debilitados sindicatos y el reforzamiento de la izquierda internacional.
trabajos posteriores han retomado algunas de las explicaciones y han
agregado nuevas. quizás la más compleja la ofrezcan levitsky y
roberts (2011) que argumentan que el éxito de la izquierda se debe a
una combinación de factores de largo plazo (la inequidad y la institucionalización de la competencia electoral) y malas condiciones macroeconómicas como resultado de las políticas neoliberales, que se
profundizaron debido al boom de las materias primas y el efecto de
difusión. luna (2010) no solo destaca el desencanto con la “media década perdida” (1998-2002) y los efectos de las políticas neoliberales,
sino también la crisis de los partidos tradicionales y la importancia de
los nuevos líderes de izquierda y su capacidad de convocar a sectores
más amplios y heterogéneos de la sociedad. por su parte, beasleymuray, olveros y vaishnav, (2010: 4) consideran el giro a la izquierda
como una expresión más general del esfuerzo de refundar el actual
“orden constitucional o pacto social”.